miércoles, 30 de diciembre de 2009

RELATO EROTICO: EL MUNDO DE INTERNET (III)

Pensé que gracias a ese momento de intimidad personal no me apetecería mucho acostarme con ese hombre ese día y me alegre de haberme acariciado porque así podría decirle que no soy de esas que se acuestan con un hombre el primer día que eso siempre queda muy bien, aunque la verdad es que si que lo soy porque pienso que una se puede acostar con quien quiera cuando le de la gana sin que nadie tenga que criticarlo.

Fui a la cómoda para ponerme un conjunto de ropa interior sexy porque en una de las mil preguntas que nos hicimos me dijo que le chiflaban las chicas con lencería bonita y yo soy una loca de la lencería, me mire en el espejo de mi habitación con aquel conjunto y esa cara de estar satisfecha y feliz que hacia que me viera radiante, cogi unas medias con liguero las perfume y me las puse, vacíe medio armario, me probé unos pantalones, luego un vestido, así hasta que no tenia nada mas que probarme y finalmente me puse una falda, una camisa un poco escotada y unos tacones altos, me maquille y me fui a la cita.

Estaba nerviosísima, llegue 15 minutos antes y eso que me perdí, me metí por una salida que no era y di un poco mas de vuelta, pero el caso es que ahí estaba yo esperando a un hombre que no tenia claro como seria con ganas de salir corriendo y volverme a mi casa pero sin poder dar un solo paso porque quería verlo, quería saber si seria como me lo imaginaba y sentir si realmente me atraía o no.

A la hora que habíamos quedado apareció una moto, el motorista me saludo se quito el casco y vino a darme dos besos, madre si que era el, era esa mirada, era esa sonrisa y de repente sentí entre mis piernas ese calor que me decía que daba igual lo que hubiese pasado en la bañera mi cuerpo deseaba las caricias de ese hombre.

Fuimos a un bar a tomar café, no podía apartar la vista de aquellos ojos tan penetrantes, tan bonitos, tan azules, tan sinceros y que me miraban como si yo fuese una diosa.
En el bar hablamos de todo de nuestras vidas, de nuestras charlas por Internet y de las cosas que esperamos de la vida, poco a poco caí en la cuenta que estaba con un completo desconocido y me sentía como si lo conociera de toda la vida estaba a gusto y no quería que eso terminara por lo menos no así.

Terminamos el café y fuimos a su casa, un ático precioso, la terraza tenia unas vistas increíbles, a un lado la sierra y al otro las nuevas torres de Madrid que me tienen fascinada, y entre tanta belleza el abrazándome desde atrás y besando mi espalda porque sabia que es mi punto débil ya que esa fue una de las preguntas que nos hicimos, en esa postura vimos el atardecer y comenzamos a besarnos, no podía creer que mi cuerpo reaccionara así, casi sin que ese hombre me tocara mi sexo estaba completamente húmedo y caliente, estaba preparado para recibir a ese hombre que me abrazaba fuertemente como si no quisiera que me escapara nunca y deseara que ese momento fuese eterno.
Me sentía deseada, de repente todos esos complejos que tengo y esa mania de ocultar los defectos de mi cuerpo se esfumaron ese hombre me deseaba a mi, me hacia sentir maravillosa y sus palabras y sus manos hacían que me sintiese tremendamente especial.

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