martes, 10 de mayo de 2011

¿Aún no tienes tus bolas chinas?

Vaya, seguro que la mayoría ya las tenéis, para mí es el auténtico imprescindible entre los juguetes eróticos, más que nada porque no es sólo un juguete. De hecho, así entre nosotras, os diré que no es ésa su mejor cualidad.


¿Las conocéis verdad? esas dos bolitas tan monas y tan suavecitas unidas por un fino cordel. Yo no sé con qué las hacen pero tienen un tacto sedoso, un poco como la piel de melocotón pero sin los inconvenientes de las alergias que suelen provocar. Pero ¿sabéis cuál es su origen? pues según cuentan, su historia se remonta a un antiguo emperador del Japón feudal. Por lo visto las encargó para sus concubinas. No debía ser un hombre muy paciente porque lo que quería conseguir con las bolas era que sus mujeres estuvieran ya preparadas cuando él quisiera sexo, vamos, que lo de los preliminares no le iba mucho al hombre (él se lo perdía, ¿no?) Debía funcionarles bien porque su uso se extendió a las geishas, por lo que también se conocen como bolas de geisha.

¿Y cómo se usan? pues tan fácil como ponerse un tampón, con la ventaja además de que se les puede poner una gotita de lubricante para que entren mejor (aunque tampoco hace falta) A la hora de sacarlas no hay más que tirar suavemente del cordelito. Pues eso, como un tampón, pero mucho más divertido. ¿Por qué? pues porque las dos bolitas, a su vez, llevan en su interior otras dos bolitas más pequeñas que van vibrando en su interior con el propio movimiento del cuerpo. Esto tiene dos efectos:

- por un lado una constante sensación de hormigueo ahí dentro que, seamos francos, excitar excitar no es que excite, pero oye, agradable sí es.

- y por otra parte, y para mí la más interesante del artilugio, hace que los músculos del suelo pélvico se contraigan inconscientemente para sujetarlas. O sea, como los famosos ejercicios de Kegel, estos que todas sabemos que deberíamos hacer todos los días y no hacemos.

Ya sabéis que lo que hacen estos ejercicios es fortalecer los músculos pélvicos, con lo que no sólo prevenimos posibles problemas futuros como incontinencias urinarias, sino que mejoran muchísimo el sexo. Pensadlo por un momento. Si os habéis acostumbrado a apretar y soltar esa zona... ¿qué no podréis hacer con el miembro de vuestra pareja dentro? por no hablar de que la tonificación muscular que se consigue hace que esté todo ¿cómo decirlo? como más apretadito, y por tanto nuestro propio placer es mucho mayor.

¿Todavía queda alguna por ahí sin sus bolas de geisha? Os lo pongo fácil. Podéis comprarlas cómodamente aquí mismo o pedirlas en vuestra próxima reunión tapersex.

Afrodita
elenazaragoza@secretisima.com

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